Una
mala adherencia al tratamiento de diabetes puede tener consecuencias
nefastas en órganos del cuerpo como el corazón y los riñones. También,
produce daños en nervios y en la circulación de la sangre. Estas
afecciones dan lugar a lo que se conoce como ‘pie diabético’, una
complicación grave frecuente en pacientes diabéticos que, si no se trata
a tiempo, puede acabar en disección de esta extremidad.
Una
persona con diabetes no tiene por qué desarrollar una herida en el pie,
sobre todo si controla bien la enfermedad. El riesgo sí que es elevado
en aquellas personas con diabetes que tienen una falta de sensibilidad,
mala circulación de la sangre o que muestren deformidades en los pies.
Fumar,
padecer sobrepeso o hipertensión, también son factores que incrementan
la posibilidad de sufrir esta complicación diabética. Según el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana: El pie diabético afecta al 7% de la población, y una de sus
complicaciones más frecuentes es la amputación. El 40% de las lesiones
en el pie diabético podrían evitarse si se trataran de manera precoz.
¿Por qué se produce?
La
diabetes implica tener elevados niveles de azúcar en la sangre. Ésto, a
la larga, provoca daños en los nervios y vasos sanguíneos. Los nervios
dañados causan que se pierda la sensibilidad en las extremidades. El pié
diabétco se produce por:
- Neuropatía diabética: Esta patología en la que los vasos sanguíneos están dañados, posibilita que la persona no sienta dolor o diferencias de temperatura en los pies y eso favorezca que se prolonguen heridas o llagas que pasen desapercibidas por esa falta de sensibilidad ocasionada por el daño a los nervios.
- Alteraciones vasculares:la mala circulación de la sangre impide que llegue suficiente oxígeno y nutrientes a los tejidos de las piernas y los pies.
Pruebas a realizar según el estado en el que se encuentre el pie
- Si el paciente con diabetes no presenta, aparentemente, lesiones en los pies, se le realizan una serie de pruebas para evitar o detectar riesgo de ulceración. Se inspeccionan las deformidades y se usan comprobaciones como el filamento de Semmes-Weinstein y la biotensiometría.
- Si el paciente presenta una lesión, el objetivo es que ésta cicatrice lo antes posible. Dependiendo de la gravedad de la lesión, si se trata de una complicación severa, se inicia un procedimiento de salvamento de la extremidad.
- Si existe isquemia, o lo que es lo mismo, falta de circulación sanguínea en las arterias, se procede a realizar revascularizaciones mínimamente invasivas a través de técnicas de imagen.
Concienciación de la población. La importancia de acudir regularmente al podólogo.
Los
pacientes diabéticos deben ser conscientes de la importancia de revisar
sus pies a diario. Cuidarse implica prevenir y evitar amputaciones. Una
buen hábito a adoptar es acudir semanalmente a un podólogo. Sobre todo,
si se detectan alteraciones (pérdida de sensibilidad, juanetes, pies
deformados, uñas encarnadas, etc.). La labor del podólogo es la de
identificar, diagnosticar y tratar las lesiones típicas del pie
diabético.
Recomendaciones para prevenir el pie diabético
- Para la prevención de esta complicación, es conveniente inspeccionar, diariamente, el estado de la piel y de las uñas del pie. Ver si existen pequeñas rozaduras o enrojecimientos.
- Se debe mantener una buena higiene, lavándolos con agua templada y con jabón neutro, en no más de 10 minutos. Posteriormente, deben secarse de manera minuciosa, evitando humedades entre los dedos. Después, conviene hidratar bien los pies.
- No es aconsejable fumar, ya que el tabaco cierra las arterias imposibilitando una buena oxigenación sanguínea.
- Tampoco conviene andar descalzo.
- En cuestión de calzado, lo ideal es utilizar zapatos de piel, holgados y cómodos, pero sujetos con cordones o velcros. Los calcetines deben de ser de algodón, hilo o lana.
- Para el cuidado de las uñas se deben usar limas, evitando tijeras de punta afilada o cortaúñas (por el riesgo de hacerse heridas y que se infecten). Tampoco conviene el uso de cuchillas, callicidas o productos irritantes.
- Prestar atención al color de los pies y de las uñas.
- Y se debe practicar ejercicio con frecuencia, un paseo de media hora al día mejorará la circulación sanguínea de nuestras extremidades.
- Si se observa cualquier anomalía, se debe acudir urgentemente al especialista.
La diabetes mellitus es una de las principales responsables de amputaciones no traumáticas.
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