Con 18 años — ahora tiene 30—, le detectaron diabetes tipo 1 y tuvo que decir adiós a su sueño de ser bombero. La vida no le dio opción: "En Cataluña es una de las exclusiones médicas. Reconozco que en ese momento me quedé sin objetivos y fue frustrante. Ahora no pienso así, la diabetes me ha hecho más fuerte en todos los aspectos".
Correr por la montaña fue su salvación. Tras el cambio de hábitos obligado por la diabetes empezó a hacer kilómetros y kilómetros sin parar, sin embargo, todo volvió a cambiar al ir sumando títulos y títulos.
Andreu no quiere dar lugar a equívocos: ha sido difícil compaginar un deporte de alto rendimiento con una enfermedad que también pone el cuerpo al límite al no producir insulina. "Ha habido situaciones complicadas y a veces tengo que parar a pincharme, pero son muchos años y sé cuándo debo seguir o no", explica. El esfuerzo se ha visto recompensado e, incluso, ahora siente la diabetes como un motivo de superación: "No voy de víctima, nunca lo he hecho. La diabetes es una realidad que me ha tocado y me sirve para superarme", asegura.
Fotografía by @jsaragossa para la portada del libro "La Marató del Sucre". Recomendado!