La cetoacidosis diabética es la complicación más frecuente de la hiperglucemia.
¿Qué es la cetoacidosis diabética?
La cetoacidosis diabética es una complicación grave de la diabetes ocasionada por un déficit de insulina que provoca un estado de hiperglucemia.
La insulina es responsable de mantener un suministro continuo de glucosa (azúcar) a las células de todo el organismo. En el caso de las personas con diabetes, la ausencia o el bajo nivel de insulina deteriora la producción de glucosa y compromete su eliminación.
Como el organismo deja de tener acceso a su principal fuente de combustible, la glucosa, recurre a otra fuente de energía: la grasa corporal (lípidos). La quema de grasas ocasiona la producción de tres sustancias:
- acetona
- ácido acetoacético
- ácido betahidroxibutírico
Estas tres sustancias se denominan cetonas, y su sobreproducción hace que la sangre se torne más ácida.
La cetoacidosis diabética se caracteriza por tres desequilibrios biológicos:
- hiperglucemia: glucemia (el nivel de azúcar en la sangre) superior a 200 mg/dL;
- cetosis (niveles elevados de cetonas en el organismo).
- acidez sanguínea (acidosis), definida por una concentración sérica de bicarbonato ≤18 mmol/l o pH arterial ≤7,3;
Esta afección es específica de la cetoacidosis diabética y constituye una emergencia médica que requiere hospitalización.
Causas
Dos terceras partes de los casos de cetoacidosis se observan en pacientes con diabetes de tipo 1, sobre todo aquellos con problemas para estabilizar sus niveles de glucosa en sangre, pero también aquellos que aún no han sido diagnosticados como diabéticos; el tercio restante tienen diabetes de tipo 2, y son sobre todos personas con glucemia mal equilibrada y adolescentes prediabéticos.
En la diabetes, la glucemia tiende a fluctuar y tan pronto puede ser demasiado alta como demasiado baja. Este tipo de inestabilidad glucémica, que favorece la aparición de cetoacidosis, puede ser el resultado de una serie de factores:
- Ingesta de insulina insuficiente;
- estrés intenso;
- síntomas psiquiátricos;
- funcionamiento defectuoso de la bomba de insulina (desconexión u obstrucción del tubo de infusión);
- enfermedad o infección (normalmente de las vías urinarias, los pulmones o el sistema digestivo);
- procedimientos quirúrgicos o medicación.
En niños, el aumento de la resistencia a la insulina debido a la pubertad o la obesidad puede incrementar el riesgo de desarrollar cetoacidosis diabética.
Síntomas
Los síntomas de cetoacidosis diabética pueden aparecer en pocas horas. Pueden diferir entre niños y adultos, pero sus principales manifestaciones son:
- sed extrema;
- necesidad frecuente de orinar en cantidad abundante;
- aliento con olor afrutado (debido a la exhalación de acetona);
- dolor abdominal intenso;
- náuseas y vómitos;
- respiración profunda y dificultosa (conocida como respiración de Kussmaul);
- hipotensión (tensión arterial anormalmente baja);
- taquicardia;
- deshidratación;
- pérdida de apetito y de peso.
Complicaciones
Las complicaciones derivadas de la cetoacidosis diabética pueden afectar gravemente a las funciones cardíacas y ocasionar problemas respiratorios.
La cetoacidosis diabética no tratada puede alterar la consciencia, lo que a su vez puede inducir al coma e incluso la muerte. En adultos, la mortalidad suele venir causada por un factor agravante, como una infección concomitante, además de la diabetes.
Tratamiento y prevención
El tratamiento de la cetoacidosis diabética conlleva la inyección de insulina intravenosa y la administración de soluciones salinas. El objetivo es corregir la acidez sanguínea y la presencia de acetona, restablecer la volemia y normalizar la glucemia.